25 de agosto de 2010

De Carlos Antonio Vélez y otros demonios

No sé si después de la noticia de su retiro deba escribir una diatriba o un elogio a su decisión de dejarnos en paz a los seguidores del fútbol. No estamos soñando, es real. Carlos Antonio Vélez se retira del periodismo deportivo.

Los colombianos amantes del fútbol deberíamos ser condecorados por la paciencia que tuvimos con el doctor, el profesor, la eminencia que debería publicar un diccionario especializado en vocabulario rebuscado.

Tuvimos que soportarlo en las transmisiones del Fútbol Colombiano en las que Jorge Eliecer Torres tenía la suerte de intervenir pues el profesor no nació para narrar sino para comentar. Lo aguantamos en el mundial de fútbol junto con figuras tan importantes para el deporte como el técnico Carlos Bilardo, quién hablaba los pocos segundos que el doctor Carlos Antonio le permitía.

Pero Vélez fue tan insoportable como irresponsable. En un país en el que el onceavo mandamiento es ‘no dar papaya’ y menos cuando el 90% del mismo te odia, no se puede comentar un partido de fútbol en un evidente estado de embriaguez.

Y es que no me explico por qué después de semejante episodio el único en Colombia que tiene fama de borracho es el ex alcalde Lucho Garzón. La escena del ‘profe’ junto con el ‘Bolillo’ Gómez y el sorprendido Jorge Eliecer es un tributo que nos entrego el doctor después de tanto aguantarlo. Un regalo.

Aún no me explico cómo después de semejante escena Vélez siguió trabajando. Tuve la esperanza que el mismo Carlos Ardila Lulle le pasara la carta de despido. Creí que en ese momento había triunfado el clamor nacional y el profesor se exiliaría en un lugar desde donde jamás volvería a atormentarnos.

Pero Vélez continuó. Siguió con su labor de conquistar el país. De hacerlo sufrir. Fueron cuatro años más de angustia e incertidumbre después de aquel episodio. Cuatro largos años en los que chévere sólo fue la descripción de un jugador con buen desempeño en la cancha, palabra que no sé cómo fue capaz de aceptar dentro de su extenso y muy delicado vocabulario.

Sin embargo, el gran día llegó. El 21 de agosto Carlos Antonio Vélez anunció que nos dejaría en paz, por lo menos en lo que se refiere a los comentarios en las transmisiones del Fútbol Colombiano y haré una petición pública. Quiero que ese día sea declarado festivo. Pido que por decreto, salgamos a festejar, saquemos bandera de Colombia como el día de la independencia porque finalmente los colombianos con este episodio, por fin nos hemos emancipado.

No hay comentarios.: