¿Y los equipos de Bogotá qué?

Ya era hora de escribir de fútbol.

Si los equipos de la capital fueran los más representativos del país, con seguridad el fútbol no sería el deporte más popular en Colombia.

Hubiera sonado muy raro hace unos 30 años, decir que Millonarios o Santa Fe son escuadras medianas o incluso pequeñas, sin jerarquía ni entrega en la cancha, y sin pinta alguna de lograr un campeonato. Equipos que solamente han sumado decepciones, técnicos fracasados y jugadores sin esmero ni sentido de pertenencia.

Hace unas tres décadas el rojo y el azul estaban acostumbrados a hacer parte mayoritaria en la nómina de la Selección Colombia y a sobresalir gracias a sus jugadores convertidos en símbolos e ídolos, no sólo de sus hinchadas, sino de los colombianos en general. Sus equipos estaban entre los primeros lugares del campeonato que, para la época, se jugaba un año entero. Las escuadras capitalinas disputaban torneos como la Copa Libertadores de América, certámen al que hace más de 10 años no va Millonarios y Santa Fe no lo vive hace desde hace cuatro.

A pesar del cambio de cuerpo técnico en azules y rojos, la situación aún es poco alentadora. Tal parece que La Equidad es el único y verdadero equipo grande de Bogotá, que representaa la capital en la fase de cuadrangulares y ha logrado dos subcampeonatos y el más reciente acercamiento de la capital a un título profesional en los últimos años, después del conseguido por Independiente Santa Fe, hace cinco.

El discurso de los hinchas año tras año, se transforma de una ilusión crónica en las primeras fechas del campeonato, a una esperanza ciega en la mitad del mismo y una desilusión vaticinada en su finalización. En los estadios, los cantos que se oyen al principio del torneo como “cantemos todos que este año vamos a salir campeón”, se transforman en un “movete, deja de joder” y terminan en “que se vayan todos, que no quede uno solo”. Si las cosas continúan así, los hinchas dejarán los estadios y grabarán sus eternos discursos para evitar el gasto innecesario de saliva, energía y dinero.

Sin embargo, es curioso cómo a pesar de que sus dos rivales vecinos han tenido un mejor rendimiento, Millonarios sigue siendo considerado uno de los equipos más representativos del país y su hinchada sobrepasa en número a unas tan tradicionales como la del mismo rojo bogotano, con estadísticas de asistencia hasta de 25 mil personas por partido y resultados tan bajos como 3 o 4 derrotas consecutivas en condición de local.

Ahora continúan ganando terreno los equipos de otras ciudades importantes, como el Deportivo Cali, el Medellín, el recién ascendido Envigado y otros como el mismo Boyacá Chicó, que ya ganó su primer campeonato y representó a Colombia en una reciente Copa Libertadores.

Si antes era imposible pensar que La Equidad, el Chicó o el Cúcuta Deportivo fueran a disputar finales del fútbol profesional colombiano, y hasta consiguieran campeonatos, ahora parece imposible pensar lo mismo de los equipos capitalinos.

Narcotráfico, malos manejos, crisis financieras y jugadores inexpertos, han desfilado año tras año en las cotizadas pasarelas de los equipos capitalinos, por las que han pasado algunos jugadores que podrían ser considerados como top models internacionalesLos mismos que con su debut también han festejado su despedida.

Mientras tanto, los demás observaremos la pasarela de otras ciudades con envidia y nos preguntaremos ¿y los equipos de Bogotá qué?